José Musse
El video que expone las vejaciones de una aspirante a bombero, Alejandra López Herrera, en Morelia ha dado la vuelta al mundo. Hay quienes creen que la rudeza debe ser parte del entrenamiento del bombero y no se equivocan, pero el salvajismo, humillación y abuso no son prácticas aceptadas en ninguna academia de bomberos que conozca.
Me he dedicado a entrenar bomberos desde 1986 y puedo asegurar que lo visto, es para estar horrorizado. No solo por lo que hacen a una aspirante, sino por la forma en que los jefes se han justificado.
He leído comentarios diversos, inclusive los que mencionan la maldad de por medio. La perversidad es el resultado de varios componentes, como los colores. Son los primarios los que mezclándose producen los secundarios y estos los terciarios. Así el azul y amarillo dan por resultado el verde.
La maldad en este caso es un producto terciario. El principal ingrediente para su aparición es la supina ignorancia de los bomberos varones, especialmente de los que ejercen de oficiales. El estándar con que en Occidente entrenamos bomberos es la NFPA 1001: Calificación Profesional para Bomberos, poco más se necesita que esta normativa como guía. Condiciones físicas, aptitud y conocimientos han sido establecidos por más de tres décadas.
Nada se menciona en la necesidad de gritar, agredir o menospreciar. Los que así lo hacen es porque han elegido el abuso como guía. Los mejores bomberos del mundo cumplen esa guía. Tengo dudas de que muchos bomberos latinoamericanos la aprueben, menos los más veteranos. Durante años he contado que la sola definición de fuego incipiente según se establece en la normas americanas no la conocen los bomberos latinoamericanos en gran mayoría, que lamentablemente tienen la costumbre de cada cierto tiempo auto alabarse diciéndose así mismos que son cada uno de ellos, el mejor de la región.
Pocos pasarían un examen de rendimiento físico de acuerdo a esa norma y menos una evaluación de conocimientos. Muchos gobiernos están exigiendo altas notas escolares y créditos universitarios para ser candidatos a bomberos. Es curioso que sean precisamente esos varones lo que se ensañan con las mujeres.
Lo más grave que he escuchado es que “eso” esta bien porque los incendios y las emergencias son muy duras y se necesita un carácter templado para responder a ello. Hay quienes dicen que si no pueden con ello, deben esas mujeres dedicarse a la cocina y a las tareas domesticas.
No veo como la humillación forja un carácter o como una descarga de agua en el rostro ayuda a que los Comandantes de Incidencias desarrollen habilidades en la toma de decisiones. Puedo garantizar a los abusadores, que si se me diera la oportunidad, a esos súper machos los pondría, con mis 23 años de experiencia en entrenamiento, a tan duras pruebas, que saldrían lloriqueando en búsqueda de “su mamita”
Lo serio, lo grave, es que el caso de maltrato a mujeres bomberos no es nuevo. Es constitudinario y convendría que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ponga manos a la obra y trabaje en varios Estados. Me atrevería a pensar que México se lleva los laureles a nivel mundial en abuso de bomberas.
Le daré un dato a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) Desde hace unos años he venido solicitando la investigación del Jefe de Bomberos Marco Antonio Hernández Mireles, del Cuerpo de Bomberos Coahuila Sureste, Estación Norte en Saltillo con ninguna suerte. Las denuncias de acoso sexual a bomberas son varias.
Nada se ha avanzado.
Un país, bien podría medir su progreso por el desarrollo de la mujer en su sociedad. La violencia de género, el abuso, la violación de derechos civiles y humanos, nos dicen que México es un país donde sus bomberos en buen número no necesitan cuarteles ni estaciones, sino cavernas. Quizá esta aspirante a bombero encuentre justicia, no por lo que la merezca a los ojos de sus colegas, sino porque al parecer México reacciona más ante el escándalo antes que al pecado. Insisto en algo.
Los bomberos somos una hermandad. Quien se mete con una hermana bombera se mete con todos y no es más parte de nuestro colectivo.
Como hombre y bombero, le digo a Alejandra, sigue adelante, espero que puedas lograr tus metas y puedas con tu caso, ayudar a modernizar la mente de los que están en el servicio de emergencia mexicano.
(*): Site del autor: http://www.josemusse.com/
E-mail: jmusse@desastres.org