Wednesday, April 29, 2009

Enseñando Seguridad Contra Incendios en New York


José Musse

Siempre he creído que la educación para adultos debe carecer de rigidez. Un instructor o profesor universitario sin importar el grado de experiencia o titulo que tenga no puede pararse delante de un grupo de personas e imponer un tema o una forma de resolver los problemas que un curso o la realidad de la vida plantean.

En especial cuando se habla de Tácticas en Combate de Incendios, que es un tema muy avanzado para discutir, siempre he estado abierto a la opinión de los participantes. Ofrezco una solución a la clase a un determinado caso planteado y muchas veces los participantes ofrecen otras soluciones mejores. Cuando digo mejores se refieren también a implementaciones más económicas o adaptadas a la propia realidad de ellos.

Tengo un juego de imágenes que se refiere a operaciones con camiones escaleras y lo he dictado en servicios de bomberos donde casi se carecen de ellos, así que la adaptación es importante y ello solo lo pueden ofrecer los que viven el día a día eso desafíos.

Así que me veo a mi mismo como un facilitador que tiene la obligación de intentar que ciertas normas y principios se cumplan. Por lo general puedo decir que siempre he encontrado personas muy abiertas y colaboradoras, pero eventualmente todo instructor sabe que aparecerá alguien que debatirá cada afirmación de uno y ello es bueno porque a uno lo pone a prueba y muchas veces le hacen replantear lo expuesto. No en vano el que más aprende no es el participante sino el instructor que luego se lleva cada experiencia relatada y puede aplicarla en los cursos que expone, por lo mismo siempre he dicho que nunca he dictado dos cursos iguales. Hay lamentablemente otros participantes que meramente quieren lucirse o demostrar en clase que saben más que otros y quizá tengan la intención de agriar una clase simplemente porque han tenido un mal día.

Ello queda bloqueado cuando uno está bien preparado y sabe identificar y reaccionar apropiadamente. El reto para mi es doble, pues estoy educando a personas en seguridad contra incendios en un medio nuevo, donde las leyes, costumbres y códigos de construcción son totalmente diferentes a los de mi país de origen. Por ello creo que vivir en España me sirvió como preparación para viajar a un país de mayor riqueza y tecnología.

Antes de iniciar mi presentación, trato de observar a los participantes. Me gusta llegar temprano y no solo presto atención a su comportamiento, sino también y más importante a su lenguaje corporal. Un grupo al que debía dirigirme recientemente era de guardias de seguridad. El perfil de un guardia de seguridad de New York es en muchos casos de personas que abandonaron la escuela secundaria y luego completaron su educación mediante un examen estatal conocido como GED (General Educational Development) El salario promedio es de entre 9 a 11 dólares la hora y puede mejorar hasta los 16 dólares como promedio. Hay por supuesto excepciones. Aunque en otros países ese salario se vea apetitoso en New York no lo es, pues hay que reconocer que todo depende del costo de vida de cada ciudad.

Estamos hablando de una ciudad donde la renta mensual de un departamento de un dormitorio cuesta 1.200 dólares como promedio. Si sumamos gastos de gas, electricidad, lavanderia, cable, la cifra puede incrementarse hasta ahogar a muchos. No son personas que sean aficionadas al estudio, porque de serlos, sus salarios y posiciones serian otras.

Hablamos de una ciudad que puede pagar a un programador de computadoras entre 100 y 250 mil dólares anuales. Donde una secretaria ejecutiva en una firma puede hacer 60 u 80 mil dólares anuales. Médicos o abogados son temas aparte, podemos hablar de millones de dólares anualmente. En clase, un guardia de seguridad llamó mi atención por sus modales educados. Un lapicero fino y una impecable forma de vestir.

Sencillamente destacaba en el grupo. Era alguien que desafinaba o intentaba mostrarse intencionalmente diferente al resto. Iniciada mi presentación comenzó aquel guardia de seguridad a rechazar mis videos, por decir son Hollywoodense y era imposible que eso pasara en la realidad. Le explique que aunque los efectos especiales son creíbles y realistas, los videos mostraban la realidad y no la exageraban. Concebidos con propósitos educativos no intentaban ser espectaculares.

Explicando el objetivo del curso mostré los videos que aparecen en la página promocional de Global Disaster Center , donde se aprecian dos tachos de basura, uno con humo blanco y el otro con humo negro. El participante continuó con su rechazo. La versión publicitada está recortada. La que presenté es una versión completa donde se aprecia claramente en la parte superior de los tachos un accesorio contra incendio que se convirtió en debate. Para el guardia de seguridad el fuego nunca llegaría a ese estado por tener un detector de humo justo en su parte superior. Con calma le indique que lo que veía no era un detector de humo sino una luz de emergencia con parlante para que los ocupantes escucharan las indicaciones del Fire Safety Director.

Abrí la foto original y le indique lo que había visto al detalle. Siguió rechazando, así que conectado a Internet entre a la página Web de Brooks Equipment y finalmente le mostré el mismo equipo con sus especificaciones técnicas, no era un detector de humo, solo luces de emergencia con parlantes, así que se convenció.

Lo que me dio oportunidad de hacer una pregunta. ¿Supongamos que es un detector de humo el que esta sobre el tacho de basura? ¿Al activarse va evitar la propagación del fuego? El detector de humo, hace lo que dice su nombre. Descubre humo y activa la alarma, pero no salen hombrecitos de su interior y sofocan el fuego. Si no hay un sistema de rociadores automáticos será tarea nuestra o de los bomberos apagar ese fuego. Luego pregunté a los asistentes que debía hacerse si uno en una ronda de seguridad se encuentra con un escenario así. Un fuego incipiente, en este caso el tacho de basura ardiendo.

El guardia de seguridad volvió a intervenir. Esta vez me recitó el procedimiento mandado por el Código de Incendios de New York. Este consite en más o menos dar la alarma, contactar al Fire Warden (la ley indica que un empleado debe ser nombrado formalmente como responsable de la evacuación de cada piso, es decir hay un Fire Warden por piso. Interesante el Fire Warden firma un documento oficial día a día de asistencia que luego es revisado rutinariamente por el Fire Department of New York City), enviar a la brigada de incendios para ayudar en la evacuación, activar el Fire Command Station, etc. Insistí en afirmar que la pregunta era que hacer cuando uno esta cara a cara frente a un tacho de basura desde donde sale humo blanco. Volvió a recitarme el Código de Incendios de la ciudad de New York.

Le hice saber que apreciaba sus conocimientos, pero que el Código dicta generalidades y le estaba pidiendo detalles tales como sus decisiones ¿Como si usaría el extintor después de dar la alarma y ayudar en la evacuación del piso?

Le aseguré que no estaba interesado en saber lo que el sistema haría incluyendo la brigada o el Departamento de Bomberos de New York sino lo que haría él en ese instante, paso a paso. Si su opción era abandonar el tacho de basura y solo evacuar o preferiría combatir. Estaba absolutamente frente a una mente cerrada.

Observé que revisó su maletín y extrajo un manual. Podría ser el mismo Código de Incendios de New York o quizá documentación de otro curso que había tomado. Había estudiado yo mismo el Código de Incendios de New York con mucha anterioridad a lo largo de mi vida, quizá la primera vez fue en 1986 y lo único que temía era que personas así, más ocupadas en memorizar de paporreta un Código no entiendan que a un incendio le importa un pepino lo que digan las leyes.Esta vez tomé la ofensiva.

Pregunté.

“¿Me puede usted decir que dice el Código de Incendios de New York frente a usar extintores en tachos de basura con humo blanco y con humo negro con fuego visible?”

Continué.

“Le ayudaré, la palabra clave es `Fuego Incipiente`” Obviamente sabía que en el Código de Incendios de New York no estaba la respuesta.

El guardia enmudeció, sus ojos expresaban sorpresa y a la vez un vacío. Por un instante me recordó al inspector Javert de “Los Miserables” tan cerrado a lo que esta escrito por la ley que cuando se queda sin su respaldo elige el suicidio. Por fin pude comenzar mi clase. Explique que el primer tacho era un fuego incipiente, (expliqué lo que eso significa) perfecto para usar extintores manuales, justo para lo que fueron diseñados, pero que si fuera mi opción removería el tacho de basura hasta el cuarto aledaño y cerraría la puerta para demorar su propagación. Que usar un extintor si es de polvo, si no se tiene experiencia, puede generar inconvenientes respiratorios y de visibilidad.

Que el curso que dictaba no entra en conflicto con el Código de Incendios de New York, lo que pretendía era enseñarles a leer el humo o lo que esto quiere decir, conocer las fases de evolución de un incendio, reconocerlas y saber reaccionar para aumentar las posibilidades de sobrevivencia.

Que un tacho de basura con fuego visible y humo negro que genera que caigan cenizas del techo denotaba mucho peligro para personas sin SCBA y que esa era la diferencia. Eso ya no era un fuego incipiente y demandaba maniobras evasivas.

Algo para lo que ellos no estaban entrenados y salvo tomen un curso de brigada industrial o de bomberos profesionales nunca obtendrían esos conocimientos. Luego de sonar la alarma, ordenar la evacuación, mi consejo era no intentar apagar ese fuego, sino que se deje el lugar a la brevedad. Sin embargo, volví a recalcar que esa era solo mi opinión y si ellos deseaban hacer otras cosas, podrían estar bien. P

ero que jugaban con parámetros límites de seguridad y si erraban podían pagar caro el error. Volví a recalcar la importancia de saber pensar y no cerrarse con lo que diga un Código o un procedimiento. Si no en ser flexibles. Después de todo New York el 11S aprendió que decirle a la gente que espere y no evacue como decía su procedimiento regular no funcionó, pero bien podría seguir funcionando en otros cientos de casos.

El Código de Incendios de New York dice que la brigada debe responder y ayudar en la evacuación, pero ¿Qué pasa si cuando llega se encuentra un lugar lleno de pesado humo? ¿Qué riesgo hay en ese potencial escenario? ¿Qué hacemos si un miembro de la brigada colapsa por inhalar ese humo? La clase siguió hasta el final y concluyó sin disturbios con la gratitud de los participantes y la mía. Me fui del lugar con varios pensamientos que guarde para mi mismo. Lo que no es flexible se rompe con facilidad y en como una persona cerrada incapaz de ver más allá de una letra cuando le faltan indicaciones caen en un vacío difícil de manejar.

El intento de lucimiento intelectual motivado por vanidad suele concluir con el ridículo. En aquellos que creen saber mucho pero que realmente desconocen lo básico en la seguridad son siempre peligrosos. En la paradoja de que personas con bajos salarios cuiden a los que tengan los mejores ingresos.

(*): Site del autor: http://www.josemusse.com/

E-mail: jmusse@desastres.org