José Musse
Lunes, 27 de abril de 2009
El diario Correo de Lima quiso iniciar un debate sobre la calidad de congresistas que llegan al Parlamento peruano. Quiso poner fuego, pero al parecer salió quemado. El diario dirigido por Aldo Mariategui hizo público un escrito que dejaba claro el deficiente español de la legisladora Hilaria Supa.
Lo que no se esperaba Mariategui fue la respuesta que recibió de la legisladora, quien empezó a trabajar como doméstica desde niña hasta la adolescencia, algo que para algunos es motivo de menosprecio o vergüenza.
Lo que pocos sabían de la vida de esta legisladora es que ha publicado un libro a pesar de todas sus limitaciones educativas “Los hilos de mi vida”, traducido al inglés y al alemán y próximamente al quechua. Historia que cuenta que en su niñez y juventud, las mujeres campesinas como ella estaban prohibidas de estudiar y el hacendado de su comunidad cusqueña Huallaccocha-Anta nunca quiso que personas como ella se educaran porque necesitaba personal a su servicio y porque visualizaba la educación como fuente de futuras protestas y rebeliones en su contra.
Pasar la niñez trabajando es el destino de millones en América Latina. Vivir esa sola experiencia trae autoridad moral en un líder social.
Más, la supuesta ignorante fue vicepresidenta del Parlamento Indígena de América y llegó a estar entre las ocho nominadas por Perú al Nobel de la Paz 2005.
Todo esto, antes desconocido por la mayoría peruanos ha salido a la luz pública gracias a los tintes discriminatorio del diario Correo.
Me quedo contento en como esta historia ha girado. Los peruanos tienen que reconocer su herencia y esta no es exclusivamente castiza.
El gobierno peruano debe dar el paso siguiente de no solo reconocer pasivamente como lengua oficial al quechua sino trabajar activamente en difundir publicaciones en al menos tres lenguas. El español, quechua y aymara. Las grandes empresas deberían seguir al gobierno o trabajar adelantadamente. La nueva Constitución de Bolivia del 2009 reconoce al quechua y otras 35 lenguas como oficiales.
España es otro ejemplo; Euskera, castellano, catalán, gallego, aranés, entre otros.
Los paraguayos conviven con el Guarini sin prejuicios. Es un país bilingüe ¿Podrán algún día los peruanos liberarse de sus taras y complejos y entender que el país es indígena, amazónico y costeño?
Que el futuro de un país es la integración, apostar por apuntalar la integración con otras lenguas no es retroceso sino adelanto. Que no por apoyarlas uno es necesariamente un radical comunista. Que antes de integrarnos los peruanos con el mundo debemos integrarnos domésticamente. La globalización pasa por un paso previo, es la mirada interna.
La lengua materna de Hilaria Supa es el quechua, al igual que lo es para 9 o 14 de millones personas que viven en Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. Tratar en otro idioma que no es el suyo es de por sí un gran merito. Habría que preguntar a las personas que como Aldo Mariategui lo ven vergonzoso o como minusvalía, que tal se desenvuelven en quechua o en otros idiomas.
No concuerdo con la ideología nacionalista de Hilaria Supa, me parece peligrosas, extremistas, pero puedo entender el éxito de esa mentalidad cuando se producen torpezas semejantes que hieren el sentimiento de millones.
Ojala se produzca una disculpa, seria un buen comenzar.
http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/2322584.asp