Saturday, May 19, 2012
Los héroes de Facebook - Jose Musse
No me gusta Facebook, lo admito. No entiendo las redes sociales o mejor dicho no entiendo el chismorreo y apetito voraz por la ligereza de espíritu. No sigo a los que publican lo que sea pidiendo le hagan clic a "Me gusta". Es una lastimera vida virtual buscando aprobación social.
No me interesa ser popular, ello es generalmente señal de mediocridad y complacencias. No quiero ser el tipo simpático, políticamente correcto que tiene miles de amigos. No, yo siempre he preferido a los antipáticos, nunca te defraudan. Además los tipos agradables terminan siendo desagradables y al contrario; los antipáticos no pueden serlo más y por lo general terminan haciendo algo encantador para uno.
Reconozco el valor comercial de las redes sociales y por lo mismo estoy atrapado en trabajar y publicar en el sistema.
Lo que no significa que, últimamente haya estado depurando mi lista, purgando, eliminando contactos. Hay desde paramédicos que publican destrozos humanos que no me apetece ver todos los días. Cuerpos arrollados, despedazados en accidentes de tráfico con su respectivo chorreo sanguinolento.
No soy cucufato, pero no veo la necesidad del morbo, de la tortura psicológica y la difusión masiva de víctimas para que los familiares de los fallecidos terminen viendo a sus seres queridos en pedazos ensangrentados.
Pero ello es el mal menor.
Me llegan invitaciones de bomberos peruanos que he conocido y que he decidido nunca mas volver a ver. ¿No se han dado cuenta que si no los busque en persona es porque no los quiero volver a ver? ¿Que les hace pensar que una persona que uno no quiere ver cara a cara puede querer verlo virtualmente?
Hago un paréntesis. Felizmente estos casos son la excepción y me he reencontrado con amigos, y ex alumnos míos del CGBVP.
Aunque lo peor, que agota, cansa, es la del auto halago de los bomberos. Fenómeno esparcido en toda Hispanoamérica como un virus gripal. Es cosa de todos los días. Afiches de bomberos en que se auto llaman valientes, sacrificados, especiales. Todos unos escogidos divinos, poseedores de la mejor profesión existente en el planeta. En la que se convierten en una especie de deidad que simboliza lo mejor y mas sacrificado.
Cansa, cansa...
"Todos nacemos iguales, pero solo unos poco somos bomberos" y cosas parecidas.
Están también los bomberos franeleros que halagan a sus jefes en forma bochornosa vía red social.
Eso sí, no nos olvidemos de las fotos.
Fotos de bomberos que llegan al incendio de una habitación en un edificio de tres pisos. Las fotos siguen, el fuego avanza y consume todo un piso. Siguen los bomberos, sus mangueras y las fotos. Ya son dos pisos los quemados, siguen las fotos. Al final todo el edificio queda en ruinas, consumido, perdida total.
Pero ahora viene lo mejor o lo peor según se vea.
Los bomberos comentan lo bravazo del fuego, lo bien que trabajaron. Los comentarios vienen como lluvia, agua en cascadas. Se siente y huelen las felicitaciones.
El fuego paso de una habitación a destruir toda la estructura, pero ellos se sienten satisfechos, orgullosos.
El fuego comenzó a quemar y si nunca hubieran llegado los bomberos todo hubiera sido destruido. Pero como llegaron los bomberos, se destruyó igual todo, pero a la perdida hay que agregar el gasto enorme de agua, de mangueras, de combustible de las unidades vehiculares de emergencia, pero nada de nada. Los bomberos siguen y siguen con su "Trabajamos en equipo", "Muy bien" y dale y dale.
Luego están las fotos de súper rescates. Bomberos que salvan vidas adentrándose a edificios chamuscados. Fotos a las que les agregan sus sellos bomberiles, sus propios emblemas y propagandas.
Solo que hay un detalle, no son ni ellos, ni sus servicios de emergencia. Generalmente se trata de bomberos estadounidenses.
Alguna vez alguien me escribió afirmando que la mejor palabra que me describía era la de anti bombero. No lo creo, defiendo todo lo que respira bomberismo y solo reniego de los que juegan a ser bomberos.
Lamento que mis comentarios corten las fantasías y es que los dejaría soñar y verse como los valientes que aspiran, pero el costo es muy alto, pues se pierden vidas todos los días.
Menos auto halago y más trabajo en el gimnasio. Es que si hay un lugar donde sacrificarse es ahí, a bajar esos kilos extra y fortalecer esos enclenques brazos. Y, hablando de sacrificios... ¿Qué de nuevo aprendieron de la profesión la última semana? Y siguiendo con la sacrificada vocación... ¿Qué nuevo libro está leyendo para mejorar sus habilidades profesionales?
Bueno, bueno...
No me haga caso, tómese todas las fotos que quiera, póngalas en Facebook y diga como en los cuentos de hadas "Espejito, espejito social, quién es el más lindo, perfecto, y valiente de todos los bomberos?"