Saturday, May 19, 2012

Bomberos del Norte y del Sur - Jose Musse

Quien haya visto la película Backdraft filmada en 1991 descubrirá el tremendo avance del bomberismo norteamericano en este periodo de tiempo. Ver la película es una gratificante experiencia de que el tiempo no transcurre en vano y es bien aprovechado, cuando hay gente que sabe lo que esta haciendo en los servicios de emergencia. Las unidades de hoy en día, tienen bombas cuya presiones se manejan digitalmente. La cabina esta computarizada y van más allá del GPS. El equipo de protección personal ha cambiado dramáticamente, haciéndose populares los pantalones contra las botas extra largas. Pero estos cambios sutiles no son los únicos. Muchos cuarteles están implementando complejos sistemas de climatización para comodidad interna. Mientras que los bomberos del sur todavía encienden sus unidades motorizadas para mantenerlas en un modo de arranque rápido y cada vez que lo hacen sus unidades inundan ingentes cantidades de venenoso monóxido al interior, siendo caldo de cultivo para potenciales enfermedades ocupacionales. Pero lo que es mas importante, es que están monitoreando el clima para responder a ventiscas, inundaciones, vientos huracanados, tornados, nieve, granizo. Pantallas ofrecen información de como está el área de influencia. Así saben si hay congestionamiento de tráfico, desvíos por construcciones u aniegos que pueden desacelerar su respuesta. Tuve la oportunidad de ver ese sistema en una cuartel de bomberos en Evesham en New Jersey, un punto desde donde se aprecian los rascacielos de Filadelfia. Los bomberos en la película de 1991 usaban alternativamente el equipo de respiración autónomo. En las nuevas películas de bomberos ya no existe ese abordaje. El equipo es vestido desde que se llega hasta que se termina el trabajo. Cuando uno ve a bomberos latinoamericanos uno todavía ve cascos en las manos. Más allá, en todos los Estados Unidos han cambiado sistemas de trabajo. Se han reducido estaciones de bomberos, racionalizado personal y exigido más eficiencia. Hace dos décadas nadie hablaba de Sistema de Comando de Incidencias, y lo sé bien, cuando inicie su dictado los bomberos latinoamericanos la rechazaban por no haber referencias en el Essentials of Fire Fighting del IFSTA. Década y media nadie hablaba de RIT, 3D firefighting o entrenamiento en Flashover. Cada día se buscan bomberos con grandes capacidades físicas de gran intelecto. Hábiles en soluciones mecánicas. Que se sientan cómodos con química, físicas y matemáticas. La brecha entre el bombero del norte y del sur es cada vez más grande. Desde hace varias décadas los bomberos de las principales ciudades son bilingües. Se recompensa al bombero por conocer más idiomas. Un paramédico aprende un nivel básico de español, polaco, ruso, mandarín y coreano. Pero todo lo que acontece es solo un reflejo de la revolución del conocimiento en el que esta inmerso el mundo entero. Los 10 trabajos más buscados en el 2010 no existían en el 2004. Las escuelas enfrentan el reto de preparar profesionales para trabajos que todavía no se han inventado. Si queremos resolver problemas, nos vemos incapaces de saber o identificarlos. En el 2002 la compañía Nintendo invirtió 120 millones de dólares en Investigación y Desarrollo. En ese mismo periodo de tiempo el gobierno federal de los Estados Unidos invirtió la cuarta parte de esa cifra. Al ritmo actual no es ilógico entender que los gobiernos están cayendo a un ritmo de obsolescencia que no llega a satisfacer las necesidades laborales, sanitarias, comerciales e industriales de sus sociedades. A la radio le tomo 38 años alcanzar una audiencia de 50 millones de personas, a la televisión 15. En esa misma tendencia a la Internet le tomo solo 8 años y a Facebook tener un público cautivo y exclusivo de 200 millones de personas, tan solo 2 años. En ese sentido hay cuerpos de bomberos en Hispanoamérica que no avanzan y al no hacerlo se atrasan, pues los servicios de bomberos del norte tienen mas equipos y entrenamiento más sofisticado. Los bomberos del hemisferio septentrional se alejan técnica y cualitativamente de los del sur. La dirigencia bomberil peruana, solo por citar un ejemplo regional, esta en campaña para renovar autobombas. La verdad, es que sus bomberos no serian capaces de siquiera operarlos, no correctamente y menos sacarles todo el provecho. Invertir en equipos y no invertir en recursos humanos es un falla anunciada. A los bomberos peruanos se les acusó públicamente no saber operar hidrantes y ello solo ha desnudado carencias básicas de incompetencia en hidráulica aplicada a la protección contra incendios que ninguna autoridad peruana puede desmentir. ¿Cómo utilizar en esas condiciones un pitón y una bomba ultramodernos y sofisticados? Antiguamente para responder a una guerra las sociedades reclutaban forzadamente. Le enseñaban usar armas a los nuevos reclutas y tras dos meses de entrenamiento, eran carne para el frente. Hoy en día, la guerra en Irak y Afganistán solo ha sido atendida por soldados profesionales. Es decir, personal con vocación por servir en la guerra. La sofisticación de armas, comunicación y sistemas no permite ser eficiente sin un arduo entrenamiento que puede tomar años. Esos bomberos peruanos creen que para apagar un incendio hay que lanzarle agua hasta su sofocación. Un concepto que en la comunidad profesional equivale a creer que para encontrar pareja uno debe ir a la cueva vecina y darle un garrotazo en la cabeza a la fémina de nuestros gustos, para luego arrastrarla a la cueva propia. La sociedad construye más conexiones, más interactividad. La sociedad apuesta por un habitante más comunicador y comunicante, por lo que los problemas sociales o lo que concierna al público se ven reflejados y aumentados en verdaderas cajas de resonancia. Las denuncias de corrupción o eficiencia operativa salen a la luz y dan la vuelta al mundo en segundos. En la comunidad española de Pontevedra, se hizo público un informe interno que revela descoordinación en la respuesta a emergencias donde murió un trabajador de 38 años. La confianza de la población en sus servicios de emergencia se puede perder en minutos y recuperarse requerirá fortunas y años. Quien no tome medidas inmediatas solo esta cocinando grandes conflictos donde el Estado pierde presencia. ¿Como superar la brecha? Donde no haya sistemas ni exigencias a nivel de la organización de emergencias, se debe invertir en entrenamiento y por iniciativa personal. Un bombero latinoamericano debe invertir cerca de mil dólares anuales solo para no perder el ritmo tecnológico. Baso el valor en los costes que se puede asumir en algunos programas que al no dictarse localmente requerirá viajar, o en variados libros en su ausencia. Un bombero sin biblioteca personal está desnudo, sin equipo de protección personal donde más importa, en el campo de las ideas. Aunque parezca mentira el primer paso del desarrollo bomberil empieza en la escuela secundaria y eso incluye el inglés. Sin esas bases el bombero no puede acceder a la mejor información, mucha de ella gratuita. Aunque deberá pagar en cursos y manuales para que esos conocimientos no sean fraccionados sino integrales. Después de todo no hay profesionales gratis.