José Musse
El director de imagen institucional del Cuerpo de Bomberos del Perú, Brigadier Mayor CBP Rodolfo Guija Benavides habría tenido una desafortunada actuación, enviando un fallido correo en el que intentaba desacreditar mis credenciales personales y profesionales, poniendo en juicio mi honradez y motivaciones. Lo hizo sin dudarlo mientras defendía a capa y espada a ese jefe de bomberos botado por corrupción, al sentenciado por la justicia peruana, a ese que según la justicia le vendió a todos los peruanos medicinas para usar en las ambulancias listas para caducar, algo cuyo valor era de 600 nuevos soles en 24 mil nuevos soles.
Pero él es un caballero y yo un bandido.
A mi no me botaron ni me expulsaron del Cuerpo de Bomberos del Perú, nunca fui procesado por el Consejo de Disciplina y si conocí a esos tipejos fue porque no me falto valor para denunciar a un oficial de mi unidad por abuso de autoridad y mal utilizar los recursos de la institución. ¿Qué hizo el CGBVP? Lo ascendió tiempo después. Me fui cuando ya no me sentía cómodo, cuando me di cuenta que ya no podía aceptar ordenes de gentuza sin perder mi dignidad. Así se lo hice saber en persona en amable conversación a mis oficiales superiores a quienes todavía aprecio porque me hicieron muchas ofertas para regresar. Me refiero al Capitán CBP. Roque Camargo Rivera y Capitán CBP Italo Potestá Zapata, Primer y Segundo Jefe de la Cía. de Bomberos Antonio Alarco Nro. 60 donde y cuando prestaba servicios.
Sin embargo, debo reconocer que el señor Rodolfo Guija tiene condiciones superiores a las mías, pues ha demostrado tener un estomago de acero. El puede servir, aceptar cargo sin renunciar y seguramente hasta decir “Mi comandante” a un sentenciado por la justicia que ultrajo todos los valores humanitarios del Cuerpo de Bomberos del Perú. No, señor Guija, yo no puedo hacerlo sin vomitar y asquearme de mi mismo.
Pero él es un caballero y yo un bandido.
El ha conversado personalmente con miembros de mi staff, en algunos casos practicando su inglés. Él me lo hizo saber en un intercambio de correos justo cuando unos bomberos me avisaron que el Comandante General de la época (1997) había solicitado mi ficha personal y toda información sobre mi a B-60, escribiendo a universidades e institutos para verificar mis credenciales. Reuniéndose con abogados para “escarmentarme” por mis denuncias.
Así que si el Brigadier Mayor CBP Rodolfo Guija Benavides no vio mis certificados de estudios, no vio mis credenciales, no vio algunos papeles rusos que llegaron al Comando Nacional o no se la enseñaron sus otros hermanos masones o no quiere acordarse o no lo hicieron participe es una pena, porque solo debe preguntar a sus masones queridos, a esos que defiende y que tienen sus manos llenas de sangre por las victimas del incendio del Banco de la Nación que bomberos se negaron apagar y cuyo jefe salio corriendo a culpar a una agrupación política sin investigación previa del incendio. Así raudamente en menos de 24 horas. Fue tiempo después que la ley de bomberos cambió tres veces en menos de un año.
Pero él es un caballero y yo un bandido.
¿Que dijo el Brigadier Mayor CBP Rodolfo Guija Benavides, Director de Imagen Institucional del CGBVP apropósito de la politización, de la corrupción, del bombero de la Roma 2 que robaba combustible, del bombero borracho que chocó una unidad del Cuerpo de Bomberos de Perú y del reingreso y ascenso del Teniente Brigadier CBP Pereda Díaz? ¿Alguien sabe cual es su postura? Dijo algo así como “Esto es inaceptable” “No de ninguna manera voy a permitir que alguien con ese comportamiento vista el mismo uniforme que yo” “No puedo yo ser parte de esto” o algo así.
Pregunto. Porque todos saben lo que yo pienso.
Perdón, claro, lo que si sabemos es lo que piensa del bombero que fue botado por la Presidencia del Consejo de Ministros debido a una sentencia judicial. Me refiero al que nos vendió en 24 mil nuevos soles lo que costaba 600 nuevos soles y nos dice fue un error. Si, lo defendió a diferencia mía que pido expulsión y degradación.
Pero por si acaso, él es un caballero y yo un bandido.
Me he equivocado muchas veces y cuando se me ha echo ver mi error, he corregido. Aunque sea hacerse un harakiri al ego. Y que hizo y dijo Guija Benavides cuando desde le revista “Desastres.org” se desmintieron las difamaciones vertidas sobre mi. ¿Se disculpo acaso? ¿Envió otro correo? Creo que no.
Pero él es un caballero y yo un bandido.
No soy miembro de asociaciones, clubes , instituciones, logias, etc. No las necesito. Ni ansío membresías para trepar socialmente. Menos para asegurarme puestos eternos o patronatos. Para salir adelante he estado desnudo, solo contando con mi poco o mucho talento. Evito pedir favores. Desde mi voluntaria salida no he buscado cargo en el CGBVP. No deseo vehiculo con chofer o sin chofer que se me asigne. No anhelo grado de coronel, general, mariscal, caballero andante, astronauta. No necesito un cargo eterno ni necesito perennizarme en alguna dirección de una institución publica y para lograrlo adulo a los que tienen poder ni me convierto en escuderos de quienes para lucrar roban a su propio país. Me fue fácil irme del CGBVP porque no me daba de vivir o comer. Soy un hombre libre. Tengo la libertad de decir lo que pienso y actuar conforme mi conciencia. Miles de bomberos en todo el mundo me leen porque si no saben esto de mi, lo intuyen rápidamente en cada uno de mis párrafos.
Las prostitutas vende su cuerpo, muchas de ellas han tenido una niñez de abuso, pues provienen de familias fracturadas si es que no son forzadas o esclavizadas. Pero hay otros, que hacen algo peor que vender su cuerpo, venden sus conciencias.
Felizmente ese tipo de personas no es este señor, pues él es un caballero y yo un bandido.
El Brigadier Mayor CBP Rodolfo Guija Benavides, Director de Imagen Institucional del CGBVP no ha dudado en atacarme, es que yo soy el enemigo del Cuerpo de Bomberos, el que tanto daño hace a la imagen de la institución. No los que roban, los que usan la institución, los violadores, el borracho que maneja vehículos del CBP, los expulsados de la policía nacional que usan el uniforme rojo, no los que se negaron apagar el incendio del Banco de la Nación, los que habiendo comprometido a la institución por politiqueros arribistas, el Presidente Toledo al que atacaron a su turno no quería darles audiencia e ignoraba sus peticiones y por eso el incendio de Mesa Redonda donde murieron 400 personas encontró al CGBVP en graves problemas. No, esos son gente de bien, hermanos de la logia y yo el enemigo.
Debo ser el tipo deshonesto y fraude andante mas tonto que haya existido. Pues debo ser el único pillo que se dedica a denunciar bandidos en los servicios de emergencias. Para ser un hombre de credenciales falsas, con un staff que no existe y sin empresas, me he dedicado durante 13 años a denunciar anormalidades, situaciones y profesionales falsos alrededor del mundo en lugar de hacer pingües negocios.
Tenia una exitosa empresa de equipos contra incendio en Lima, no entiendo porque no adulé a los comandantes de bomberos de turno y equipe vía licitación arreglada a todos los bomberos del país. Después de repartir la torta ya me hubiera embolsicado algunos millones de dólares. No sé en que estaba pensando y no creé un tallercito de reparaciones de autobombas y redondeaba el negocio. Solo debía hacerme masón para que de ser pillado por la prensa, pase piola. A lo mucho los honestísimos y corajudos bomberos del Consejo de Disciplina me daban solo una suspensión de seis meses.
¿Saben por qué no? ¿Saben porque reuso ser parte de esta mafia y sus millones ganados?
He conocido doctores que juegan golf, profesionales que salen de caza de venados o liebres, amigos que disfrutan de la pesca.
Yo en cambio cazo ratas de alcantarilla en los servicios de emergencia. Llegado a Estados Unidos comencé a denunciar a Stephen Hittmann que se paseaba por Europa y Latinoamérica con falsas credenciales, presentándose así mismo como el Jefe de Bomberos de Nueva York cuando solo había sido un empleado civil menor, que se decía reconstruyó el servicio al caer las Torres Gemelas. Hablé con bomberos, le escribí a Rudolph Giuliani y le dimos tan duro en la revista “Desastres.org” que se esfumo.
No me importó que él tuviera una bien conectada red de contactos vía la iglesia de la Cienciología, no me importó que tenga una fuerte fundación en Manhattan. Fui por su cabeza tenga o no una red de abogados que podía hacerme difícil la vida. Lo hice sin siquiera ser residente permanente y tener un caso legal de esta naturaleza podía complicar mi status migratorio. En España hice declaraciones en el diario “El Mundo” tan fuertes contra una transnacional que el Defensor del Pueblo la intervino, lo hice sin ser residente legal del país.
A mi no me amilanan los poderosos, porque cuando uno de estos bandidos trata de amenazarme, las amenazas las cuelgo como certificados de honor.
¿Por qué lo hago? Porque creo que ser bombero requiere tremendas condiciones profesionales, morales y éticas. Entramos a casas vacías, atendemos a victimas inconscientes, jóvenes y bellas mujeres desmayadas en la soledad de una ambulancia. Y si ese bombero, rescatista o paramédico no se comporta debidamente comete un horrenda transgresión. Un crimen que viola el uniforme que miles de bomberos honraron cuando fueron mas allá del cumplimiento del deber y ofrendaron su vida por salvar a otros. Y, quien toma ese mismo uniforme y lo desvirtúa lejos de honrar el sacrificio máximo se burla de ellos.
Por eso los combato con vehemencia, sin descanso, compasión o miramientos. Las calumnias de esos tipejos no me han dañado porque he tenido la suerte de que mi curriculum y logros son bien conocidos en la comunidad profesional de habla hispana, pero sí sé de otros nobles bomberos menos afortunados, que no escriben artículos, dan conferencias o no cuentan con un medio de comunicación, ni tienen perfil alto, pero no por eso son menos honrados y eficientes en su trabajo de salvar vidas y sé que han sido acorralados, sus carreras estancadas y hasta sus reputaciones destruidas por esta mafia de ladrones, corruptos, mediocres y haraganes. A ellos los honro y reivindico pisoteando las cabezas de estos abusadores.
Ese es mi entendimiento de “hermandad” entre los bomberos. Si un hermano bombero cae, yo voy por él. Si esta herido le atiendo, si necesita ayuda lo auxilio.
Si roba deja de ser mi hermano y lo trato como a un perro.
Si un bombero no denuncia o dice algo cuando asoma la corrupción es porque no tiene cojones y si no los tiene para enfrentarse a otro hombre menos lo tendrá para enfrentarse a un fuego. Este trabajo de bomberos no es para cobardes.
No solo es ladrón el que entra a robar a una casa, lo es también el campana. El que permanece afuera, el que esta protegiéndole, asegurándose que el pillo escape indemne. Así que el actor silencioso que es y no es, que esta viendo como se desmantela una institución humanitaria, que ve como no se licita correctamente la reparación de talleres, que ve la politización y calla, que ve como se burlan y persigue a bomberos buenos, que ve como se difama a los bomberos honestos y guarda silencio para seguir ocupando un cargo, que se concentra solo en lo suyo cuando es conveniente y quiere aparecer invisible para gozar de sus pequeños privilegios traicionando todos los principios que el uniforme que viste representa y va contra todo lo que requiere el país para tener un mejor servicio de rescate y control de incendios, es un traidor de su patria.
Pero eso solo lo saben los que son caballeros y no bandidos.
(*): Site del autor: www.josemusse.com
E-mail: jmusse@desastres.org