Sunday, July 4, 2010

El Plan para Destruir el Cuerpo de Bomberos del Perú

José Musse

Cuando me hice bombero, pocos tenían botas apropiadas. La mayoría combatía incendios con botas de jardinero. No era extraño que alguien contara como un clavo de 10 centímetros la había atravesado la bota durante alguna operación y su pie por suerte había salido ileso. Los bomberos en la Antonio Alarco 60, andaban muy mal equipados. Teníamos tres SCBA completos y solo dos botellas de repuesto. Enterarnos que había compañías en Lima con 20 equipos SCBA nos parecía un horror de desigualdad, alguna vez alguien nos dijo que en una había 80 botellas SCBA de repuesto. Desconozco si era verdad.

¿Guantes de bomberos? Solo vi un par, el resto usaba sus manos desnudas o si su presupuesto personal lo permitía, compraba unos guantes de cuero o de soldador.

Para un alumno bombero como yo, pasar por el periodo de probatoria era de tiempo indefinido. Lograr vestir un uniforme era conseguirse una historia para contar de por vida. En esa época nuestros overoles de mecánico rojo eran rosados por lo desteñidos que estaban a consecuencia del desgaste natural que conseguían por los años de uso, algunos casi blanquizcos. Muchos lucían uniformes bastante remendados y en algunos casos se terminaba remedando el parche que tapaba el hueco en la tela.

Sin embargo, para un alumno que no tenia uniforme que vestir, tener uno era toda una gloria, una hazaña. ¿Cómo se hacia para conseguirlos?

Un bombero que ya estaba bastante mal vestido apadrinaba a un recién llegado, entregándole uno de sus overoles usados. Por lo general entregaba al alumno el peor de los que conservaba de un grupo de dos o tres, los mismos que había conseguido en los varios años de servicio. Así, el alumno bombero que trabajaba duro, que mostraba buena actitud, que colaboraba en todas las áreas, era el premiado.

Para cuando decidí dejar el Cuerpo de Bomberos del Perú, la situación había cambiado sustancialmente. No solo habían llegado un centenar de unidades contra incendios y rescate, sino que había bastante más dinero. Los cascos y uniformes eran modernos.

Fue cuando me di cuenta que otros serian los problemas que enfrentaríamos. Siendo Teniente y Jefe de Instrucción, una alumna bombero se me acerco con exigencia. “¿Cuando pensábamos entregarles sus uniformes?”

Me quede callado, simplemente no podía procesar tal solicitud. ¿Qué paso con tienes que ganártelo? Los valores estaban cambiando, las tradiciones de servicio también. Como los alumnos no apagan incendios estos no necesitan equipo de protección y si se implementaba una practica, por supuesto que tendrían todo. Seguía sin entender la exigencia.

Después fui viendo cosas similares en diferentes partes de la institución. Si a un bombero se le asignaba una misión este prontamente solicitaba vales de combustible para su transportación, eso aunque no tuviera automóvil y aunque los bomberos contaban con pase libre en el transporte publico. Antes, uno aceptaba el trabajo encomendado y se las arreglaba para cumplirla, lo que hacia el merito doble, pues no solo uno separaba de su tiempo personal sino que además asumía los gastos de la misma.

Luego, eso cambio por “Si me pides algo, me debes dar algo” No era un voluntariado puro, era un trueque. Las cosas fueron cambiando más y más, con dinero, con más equipos el Cuerpo de Bomberos del Perú comenzó asignar automóviles a algunos de sus oficiales. Los que comenzaron a usarse para beneficio familiar y particular. Estacionándose en lugares prohibidos, usándose combustible del CBP era ideal para irse a las playas del sur. Era común empezar a verlos en supermercados con los abarrotes hasta de la abuelita, llevando a los chicos al colegio, recoger a la hija de sus clases de ingles, etc.

Ser bombero era bueno, traía ventajas y beneficios, mejor que tener un trabajo regular.

Cuando “vine para sacar” reemplazo “el vine a traer”. Los bomberos con empresas de seguridad y talleres automotrices se convirtieron en la norma. Si había un incendio en una empresa industrial, era la oportunidad perfecta para repartir tarjeta de negocios. Esas empresas consultoras y de venta de equipos contra incendio, le ofrecían prácticas de lucha contra incendio con unidades del CGBVP y todo el soporte.

Ahora el unir la pasión de ser bombero con negocios era popular y no importaba usar ni los equipos y propiedades del CGBVP. “El cuando pensábamos darles uniformes” se había convertido en “anda saca lo que necesites”.

No estoy en contra de que bomberos hagan empresa, pero cuando esta es de seguridad contra incendios y se trata de un bombero en actividad es muy difícil evitar cruzar la línea, en especial cuando se ocupa un alto cargo.

Cuando uno habla de la corrupción en el Cuerpo de Bomberos, en especial para los que son extranjeros, es difícil de entender que esta no es aislada, que no se trata de uno o dos bomberos que toman partido y sacan ventaja, cosa que debe pasar en toda institución en el planeta, sino que se trata de una mafia enquistada, muy bien organizada y que técnicamente cumple todos los requisitos del crimen organizado, que es la denominación que se le da a las estructuras sociales compuestas por individuos que se organizan para cometer acciones delictivas, así como al tipo de delito imputado por dicha conducta. En este caso el abuso del puesto, enriquecimiento ilícito, uso de recursos del estado para beneficio personal, etc.

No es broma. Trabajan en secreto, mantienen reuniones secretas, expiden normas y reglas para su beneficio, graban con cámaras a otros bomberos. Tienen abogados tenebrosos a su servicio. Los que crean sanciones especiales de “seis meses de suspensión” para los que han cometido graves actos de corrupción y se apuran con esas sanciones leves para tener la cosa juzgada y evitar la expulsión como se merecería. Las cabezas se involucran en gigantescas licitaciones, compras, mantenimiento de unidades, empresas de consultaría de seguridad. No olvidemos que las cabezas que dirigen el CGBVP deciden sobre un presupuesto anual de 50 millones de soles aproximadamente, esto es mas de 17 millones de dolares anuales, unos 14 millones de euros.

No nombran ni promueven oficiales con valores e integridad porque ello seria afectar su propia estabilidad. Entonces tenemos todo un organigrama parasitario que vive dentro y se alimenta del Cuerpo de Bomberos.

En ese escenario se promueven nuevos valores como “Hazme Coronel” “Inventemos nuevos grados” con la finalidad de tener lejos a los nuevos bomberos, que con legitimas aspiraciones buscan llegar a la cúspide. Estos solo les ponen trabas.

En esa artificialidad de atraso no conviene tener un Manual de Procedimientos en Emergencias porque desnudaría incompetencias. Entonces esta mafia esta afectando las vidas y propiedades de 30 millones de peruanos.

Queda claro que mejorar el servicio y optimizarlo no son parte de su agenda. Crear esos nuevos grados seria imposible si hubiera una clara definición de la carrera del bombero. Si se pidiera asistencia a la U.S. Fire Administration para que asesore y trabaje con bomberos peruanos para diseñar la carrera del bombero, mejorar sus operaciones medicas, incendio y rescate haría imposible esas pretensiones y como los intereses particulares han demostrado ser la prioridad. Unos 30 millones de peruanos deben recibir un servicio mediocre.

Intencionalmente se promueve y acepta gente que no ha resuelto problemas básicos y por lo tanto tratan de resolverlo succionando energía al Cuerpo de Bomberos. Si ha sido expulsado, degrado, botado de otra institución resulta ser “sujeto de interés” para la mafia. Tener denuncia de corrupción, haber sido procesado o inculpado es el carnet de membresía. Para la mayoría de organizaciones criminales es una exigencia demostrar ciertas cosas, en las pandillas centroamericanas asesinar a la madre es requisito previo para el ingreso, igual en la organización criminal que se apodera del Cuerpo de Bomberos se debe tener ciertos aspectos para ser promovido y llegar al círculo de confianza.

No es para nadie un secreto que inclusive existe entre los masones un grupillo integrado por bomberos, la mayoría de ellos abusa de su significado noble y se convierte en una argolla de jefes que dominan la institución y crea lealtades dañinas. Por lo que sabemos entre los masones, no son bien vistos tampoco.

Cuando una institución pierde el liderazgo en un mar de egoísmos, cuando la promoción de la mejor gente se niega y es por décadas, se fatiga una institución llevándola precisamente a la decadencia que todos atestiguamos. El Cuerpo de Bomberos esta colapsando.

Estos problemas básicos son desde económicos hasta de seguridad emocional y psicológica de sus miembros. ¿Por qué es necesario ser Coronel o General? ¿Qué hay detrás de tener ese titulo? ¿Por qué se necesita tanto? Esta es una organización voluntaria, no significa mayor remuneración, ni beneficios tangibles que sean legales ¿Desde cuando los bomberos son mas que otros por un grado? Los incendios no queman menos porque haya un coronel. Tampoco los subalternos respetaran más al oficial que sea coronel. No veo la ganancia para el CGBVP de crearse este grado jerárquico, pero si lo inconvenientes.

Como burocratizar y alejar a las nuevas generaciones de lo que seria una renovación saludable de puestos. Esa eternidad y afianzamiento de puestos es lo que hace a los bomberos más honestos en “corruptibles” y a la organización noble en “corrupta”.

Con los valores trastocados en el Cuerpo de Bomberos del Perú en todos sus niveles jerárquicos, enfrentando una grave crisis de credibilidad su oficialidad y sumergida en la mayor crisis moral de su historia el electo comandante general Tomas Zúñiga tiene todas las cartas en su mano adversas.

Poco tiempo para actuar, pocos recursos legales que lo apoyen y pocos bomberos en los que confiar. La mafia es fuerte porque esos bomberos han tenido al Cuerpo de Bomberos como su fuente de ingresos, estilo de vida y conveniencia. Se aferran a ello porque para ellos es cuestión de vida o muerte. Significa no solo perder un puesto sino el pan diario. Para el bombero honesto, no. Es un trabajo mas es su agenda diaria, es un extra que no trae sino le quita a su hogar. Ser mas bombero significa menos horas extras en su trabajo u horas de disfrute con su familia y por ello esta limitado. Enfrentarse a la mafia tampoco trae mayor retribución y ya sabemos como actúan estos delincuentes, tratando de destruir honras personales, para ellos es fácil. La dignidad la perdieron hace tiempo.

En ese escenario, lo primero que encuentra el comandante electo es una oficialidad que en muchos casos, no todos felizmente, están priorizando su “desaparecido grado” Los que eran capitanes, coroneles ahora se miran y piensan no en el Cuerpo de Bomberos ni en el país, sino en ellos mismos y se reúnen para estudiar posibles acciones legales.

Ahí esta la grandeza de una institución, en la entrega de sus hombres o en su mezquindad.

Al parecer, gratuitamente los egoístas nos harán una lista con sus nombres, vía pliego de reclamos legales, diciéndonos que ahora que el Cuerpo de Bomberos cumplirá 150 años, esto no es para ellos lo más importantes, sino la reposición de su grado de Coronel porque lo que tienen en sus hombros los define como seres humanos y sus pequeños títulos son la necesidad que justifica su existencia. Primero son ellos y después siguen siendo ellos.

Decía Winston Churchill que el drama de los hombres de nuestra época consistía en que estaban mas preocupados por ser importantes antes que útiles.

Me pregunto cuantas acciones legales estos “valientes” iniciaron en el 2000 para evitar una politización que acabó con ocho vidas en el incendio del Banco de la Nación. También quisiera saber cuantas acciones legales realizaron para asegurarse que la familia Pecho recibiera un trato digno cuando se les desatendió por completo y se les burló la atención médica de emergencia o cuantas acciones legales iniciaron los nuevos ascendidos para evitar que el Cuerpo de Bomberos los ninguneara después, cuando pidieron explicaciones.

Estos “valientes” deberían demostrar que hicieron mucho para detener a sus jefes corruptos, esos que el poder judicial esta poniendo contra la pared y por lo que el Penal de San Jorge esta habilitando cuartos. Porque todo indica que estos “valerosos” no hicieron nada por defender a los demás y solo mueven sus culos para proteger la miseria de sus mezquindades.

Pronto sabremos sus nombres y para siempre ocuparan un lugar “especial” y nada privilegiado en el Cuerpo de Bomberos del Perú y nunca el resto de bomberos debería ni ignorar ni olvidar.

Ahora que un nuevo Comando asumirá, ellos lejos de ayudar causan problemas. Sorprende la clase de gente que ahora viste el uniforme rojo.

Esa es la diferencia entre el Cuerpo de Bomberos que queremos y el que realmente nos merecemos. Pronto sabremos que tenemos y porque nos lo merecemos.

El deber es enorme para los bomberos de verdad. Primero debe recuperarse el sentido del titulo “Caballeros del Fuego”. Limpiar, sanear toda la institución, sacar toda esa podredumbre. Hay tanta basura y excremento que esto no molesta a muchos bomberos, lo que alarma. Es que no hay muchos cuarteles de bomberos como si nidos de ratas y comadrejas. La destrucción ha sido planeada y sistemática,

Los nuevos jefes deben implantar el respeto para el uniforme antes que sucumbir a la seducción de los grados. Se necesita un liderazgo que históricamente no han mostrado sus oficiales. Es necesario volver a enseñar el valor del servicio y no del autoservicio.

No será Zúñiga el salvador del CGBVP sino cada uno de los bomberos que inspirados por él, que viendo su trabajo, honestidad y transparencia puedan forjar desde los espacios que ocupan pequeños cambios, sin importar títulos, grados o puestos. Produciendo un significativo golpe de timón que imponga una nueva filosofía de servicio que termine creando un cambio sustancial que se sostenga en el tiempo.

La “pachamama” ha cumplido nuevamente tratando a sus hijos como estas la han tratado. Quienes se aprovecharon de su cargo, se sirvieron por años utilizando al país, quienes hicieron de la mentira y confabulación su mejor talento, quienes trabajaron día a día para destruir al Cuerpo de Bomberos, negándole su grandeza, ahora están siendo vencidos lentamente, avejentados prematuramente, muriendo, viendo a sus familias consumidas, teniendo tristes finales, enfrentando tenebrosas agonías. Como trataron están siendo tratados por un juez al que no pueden mentir, intimidar o sobornar. Ese es el beneficio concluyente de todo lo que nos quitaron. La sentencia que nadie puede apelar ni esquivar. El edicto final.

(*): Site del autor: www.josemusse.com

E-mail: jmusse@desastres.org