José Musse
El autor fue representante comercial para América Latina y España de Global Emergency Response, hasta que renunció en setiembre del 2007, cuando los rusos se negaron a enviar el avión Ilyushin-76 contratado por el gobierno del Paraguay cuando sufría los peores incendios forestales porque el país se negó a recortar el apoyo militar norteamericano en el país. Los últimos incendios en Los Ángeles pasarán a la historia porque los más grandes aviones bomberos han entrado en acción.
El DC-10 y el Boeing 747 de Evergreen International, luego que en julio último completara una gira internacional, que incluyó España, donde descargó 20 mil galones de agua a un fuego en vivo y luego de otro show en Alaska. La Era de los Supertanqueros de Agua la iniciaron los rusos, hace más de una década con el desarrollo del Ilyuhsin 76TD, que descarga 11 mil galones.
El modelo que lanzaría 15 mil galones de agua aun espera en la mesa del diseño. Es curioso que los pioneros hayan quedado tan relegados en la carrera, con el avión bombero que pasará a la historia porque nunca operó como se planeó, llevando asistencia y dominando los cielos en la lucha contra incendios.
Habiendo sido parte de ese proyecto hasta el 2007 creo entender que pasó. Cuando EMERCOM, como es conocido el Ministerio de la Defensa Civil Rusa dominó el proyecto de vender los servicios de aviones bomberos gigantes, ganando mayor control que la misma fabrica de aviones Ilyushin, el proyecto se convirtió en política rusa antes que comercial y humanitario.
La idea surgió con los parabienes del gobierno del fallecido Boris Yelstin, cuando los rusos se veían así mismo como futuros beneficiarios del comercio internacional con la caída del comunismo, después de todo eso ya había ocurrido antes, y fue parte de las conversaciones entre China y Henry Kissinger, que explica la gran inversión multimillonaria de empresas estadounidenses en el otrora atrasado país asiático.
Los norteamericanos interesados por promover una separación importante entre el maoísmo y el estalinismo, convencieron a los chinos de alejarse de Moscú y no volver hacer bloque con ellos.
Los rusos desmantelaron gran parte de su arsenal nuclear, establecieron la mayor reingeniería global política nunca vista y con ello consiguieron que la crisis económica se apoderara de ellos. El país comenzó a desplomarse sin que Occidente compartiera con ellos la integración esperada. El hundimiento del Kursk bajo el mandato de Vladimir Putin significó una toma de conciencia y una rotura con su política de apaciguamiento.
Desde ese momento comprendieron que deberían tomar unas acciones más relevantes por si mismas. La idea de un avión bombero gigantesco salvando la humanidad comenzó a desintegrarse.
El avión Ilyushin-76TD se convirtió en una herramienta de la geopolítica rusa como cualquier otra, que se usaría para los amigos y aliados. En esa nueva concepción filosófica, los rusos no tendrían interés en ofrecer su valiosa experiencia contra incendio, ni capitalizarla comercialmente a través de su propio consorcio, Global Emergency Response, ello significa una perdida para la humanidad.
Los Estados Unidos por la campaña publicitaria emprendida por el canadiense John Anderson y el virginiano Tom Robinson entendieron el valor de tener un avión gigante que bombardeara con agua los incendios forestales. La entrada de nuevos agentes al mercado consiguió resistencia, pero siendo del mercado local y con gran influencia política y recursos, el Servicio Forestal y los lobbystas por los pequeños tanqueros de agua perdieron soporte y este año, ambos gigantes actuaron con éxito.
Demostrando que el Servicio Forestal y su necedad histórica es responsable de mucho daño en los bosques americanos. El final de esta historia dice que el mundo en pocos años sabrá más de los súper aviones bomberos americanos que del ruso.
La concepción cerrada llevará al olvido esta obra maestra de ingeniería rusa y es probable que dentro de poco, la colectiva popular crea que fueron los norteamericanos los quienes inventaron el concepto de gigantes bombarderos de agua. Solo algunos pocos beneficiarios en Italia y Grecia –otra vez, países dentro de la esfera de influencia rusa- quizá atestigüen la verdad, hasta que los norteamericanos también vayan allá a demostrar el valor de sus poderosos aviones frente a los rusos y seguramente ganen nuevamente.
Los bomberos latinoamericanos y españoles podrían recibir los beneficios de la nueva tecnología aérea y el mercado es más competitivo. (*): Site del autor: www.josemusse.com E-mail: jmusse@desastres.org