Supongamos que un milagro ocurre y todos los corruptos son borrados del mapa. ¿Podría el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú encaminarse hacia el progreso? Definitivamente no. La historia de la misma institución ha demostrado hasta la saciedad que cambiando personas corruptas solo ha sido para verlas reemplazadas por otras igual de corruptas. No lo olvidemos, dos décadas atrás Juan Piperis Caravasi encarnaba la gran esperanza de cambio.
La impunidad es el verdadero problema de la corrupción en la institución. Entonces, se necesitaría no solo la barrida absoluta de corruptos sino la construcción de un sistema que impida que la delincuencia vuelva a instaurarse. Los que apelan inocentemente que se construya una nueva generación de bomberos saludable y que el gran cambio se produzca después, no caen en cuenta que ya ha habido intentos por seguir esa filosofía y práctica, solo para hundir más a la institución.
Entonces, ya no se necesita un milagro, sino dos. Uno que barra a los corruptos y otro que cree una estructura organizacional. Dos milagro, no uno, dos.
Aunque la viabilidad de una institución pasa por la limpieza y mejoramiento de su organización; normas, disciplina, asimilación, y desarrollo del recurso humano. La gente es clave de una organización. Si botamos a los ladrones, pendejos, y otras alimañas, nos quedamos con personal saludable.
¿Eso es suficiente para el progreso? Desafortunadamente no. Se necesitan bomberos capaces de realizar con eficiencia el trabajo de bombero y talentosos para llevarlo al siguiente nivel.
Quiero mencionar algo que pocos han anotado de la historia del CGBVP. En 154 años de vida bomberil no ha aportado absolutamente nada. Me explico. El Cuerpo de Bomberos del Perú no ha contribuido a la humanidad con una sola idea para mejorar la prevención de incendios, el combate de incendios, el rescate de vidas. Un cero absoluto. En menos tiempo muchos servicios de bombero inventaron herramientas, técnicas de trabajo, métodos de actuación, etc. Ello prueba la total mediocridad del bomberismo peruano. El halligan fue inventado por un miembro del Departamento de Bomberos de Nueva York, el Jefe Hugh Halligan en 1948. En 1964, el Capitan Kauko Sunila, inventó la barra Sunila que hasta el día de hoy se utiliza en operaciones de entrada forzada. El capitán Bob Farrell introdujo la herramienta A, que igualmente se sigue usando en la entrada forzada.
Dos siglos atrás, un bombero de San Louis inventó la escalera del bombero, una escalera de gancho que poco se parece a una escalera regular y más a un anzuelo de pesca de unos tres metros de largo que se usaba y algunos servicios de emergencia la siguen usando para trepar de piso en piso. La idea es sujetarse desde una ventana, escalar hasta aquella ventana y luego repetir la operación.
En 154 años el CGBVP no ha contribuido con una sola idea. Ello demuestra la pobreza intelectual de los miembros que componen la institución. Una institución que solo sabe de excusas y no de resultados. “los accesos estaban bloqueados”, “nos faltó agua”, “los hidrantes estaban malogrados”, “no nos llamaron a tiempo”, “los equipos son obsoletos” y cuando se trata de rendir cuentas de fiscalización “No sabíamos”, “somos bomberos no gerentes”, “fue un error administrativo”.
El Debate es el problema
Cuando un jefe de bombero en la desesperación por librarse de las acusaciones de corrupción dice “soy bombero y no gerente” encuentra simpatía en la población general. Que termina dándole la razón al corrupto sin proponérselo “si pues, son bomberos, salvan vidas, no son gerentes, hay que tratarlos mejor” Eso no podría pasar en otra sociedad. En los EE.UU. si un bombero es denunciado por corrupción y da una excusa así, nadie le daría razón ni sentirían pena de él. Quizá risas de burla y preguntas capciosas como; “¿Entonces como llego a jefe?” Se asume que tales puestos requieren ciertas calificaciones y credenciales sean bomberos voluntarios o profesionales. El debate ahí no es posible, en Perú sí. Y, ese es el drama de ciertas sociedades, donde debatir ciertos temas es imposible porque no hay espacio para las dudas.
Entender lo que se lee
Otro tema que ocasionalmente vivo como director de esta revista es que frecuentemente soy acusado por afirmaciones que nunca hice y si por algunas noticias que solo he replicado de otros periódicos y que claramente está estipulado en la misma noticia. Hace poco, apropósito del accidente de un bombero que según la prensa conducía ebrio llevo a uno de esos comentarios agresivos contra mí. Pero que se repiten con tanta frecuencia que en 17 años aprendí a ignorarlos. Curiosamente, otro bombero viendo que la noticia original era del diario El Comercio (como nosotros citábamos en la misma noticia) replicó con algo como “bestias ignorantes lean bien” o algo similar. Lamentablemente, hace unos días debimos recurrir a la base de datos de seguridad y ambos comentarios se perdieron.
Pero esto me lleva a un tema recurrente que he notado por varias décadas y ya he mencionado con anterioridad. El bombero peruano en un gran número, no entiende lo que lee.
Ciertamente es un drama nacional. Reyes Cesti en una entrevista a RPP afirmo que "Tenemos una situación bastante grave, ocho de cada diez niños peruanos no comprenden lo que leen. Un país que no comprende lo que lee es un país que difícilmente va a lograr mantener un progreso sostenible" Una situación que no mejora mucho cuando esos niños llegan a la universidad.
Julio Sancho Abregú del Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria (Coneau) indicó que los estudiantes que ingresan a las universidades del país presentan déficit de cálculo matemático y comprensión de lectura.
Leer y comprender es clave no solo para el desarrollo humano, sino para el crecimiento de las instituciones que se componen con estos recursos humanos. Hay en el CGBVP un importante número indeterminado de personas que no reúnen mínimos condiciones de inteligencia. Eso es un lastre y una pesada carga para hablar de progreso. Explica ciertamente 154 años de falta de creatividad e innovación. Enseñar, tratar de implementar técnicas siempre fracasará y probablemente por eso no se utilizan adecuadas técnicas para el rescate ni en la extinción de incendios.
Bomberos que padecen de una inteligencia malograda como la define el filósofo toledano José Antonio Marina explicaría porque ciertas ideas y progresos nunca se han dado y probablemente no se den. Vale la pena revisar el coeficiente intelectual (CI) de la población bomberil peruana. Quizá nos sorprenderíamos confirmando que hay idiotas (CI 0-24), imbéciles (CI 25-49) débiles mentales (CI 50-69), limítrofes (CI 70-79) y normales mediocres (CI 80-89) en puestos de mando y jefatura.
Es imposible que todo esto pase en el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) y no tengamos una reacción masiva, más de un anormal debe existir si es que no se convirtió en una cuna de normales mediocres y débiles mentales.
Finalmente para que el CGBVP sea viable no requiere de uno o dos santos milagros, sino de tres. Uno que elimine a los corruptos, otro que mejore las estructuras, y un tercero que nos libre de tanto tarado.
Es decir, no es viable.