Wednesday, August 7, 2013

Wiener y Spitzer; el largo camino de la redención

Anthony Wiener y Eliot Spitzer son dos prominentes políticos neoyorquinos que debieron renunciar por escándalos sexuales. El primero por enviar fotos de sí mismo desnudo a mujeres que cortejaba cuando estaba casado  y el segundo por usar un servicio clandestino de prostitutas.
Ambos han iniciado un largo camino a la redención política, postulando a puestos claves. Uno de alcalde y el otro de auditor general.

Wiener es un ex miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU., por el 11 Distrito de New York y Spitzer, ha sido gobernador por el estado.

Antes de que la prensa revelara que Wiener enviaba fotos de su pene a otras mujeres vía su celular, el representante se mostraba frente a su oficina en Kew Gardens, en Febrero del 2011, indignado y protestando por la estatua de un hombre desnudo, la escultura llamada “El triunfo de la virtud cívica” nunca fue cambiada, pero todos recuerdan las acusaciones de Wiener sobre la alegoría sexistas de este monumento. Acusaciones que se voltearían pronto contra él.

Tanto Wiener como Spitzer tienen estrategias diferentes. Wiener ha tomado el toro por las astas y va de comunidad en comunidad, apareciendo en cuanto foro parece pertinente estar. Hablando y mostrándose bastante ilustrado de los problemas de la ciudad, pero enfrentándose con ciudadanos y ciudadanas que le salen al paso en forma espontánea y frente a las cámaras le reprochan airadamente su conducta y falta de moralidad.  En un reciente foro de los candidatos organizado por la AARP fue burlado y desafiado por otros candidatos. En el mismo salón, otro de los candidatos a la alcaldía, John Liu, dijo “pase lo que pase les prometo no mandarles fotos de mi” Lo que redundo en abucheos. El candidato republicano George McDonald lució como un matón cuando se refirió a Wiener a quien llamó “fenómeno masturbador”. En un momento crucial otro candidato a la alcaldía que participaba en el foro, Bill Thompson con un movimiento corporal separó a ambos en lo que parecía una inminente confrontación física.

El pueblo estadounidense es bastante culto como para dejarse llevar por simplistas campañas sucias y no parece agradarle las personas que desean hacer leña del árbol caído. La prensa ha advertido a los candidatos que el tema “de las fotos de Wiener” está agotado y que el ciudadano quiere escuchar ideas y posibles soluciones sobre la ciudad, que todavía sigue recuperándose del devastador huracán Sandy.
Esto, que debería jugar a favor de Wiener no lo benefició. Primero porque este admitió que luego del escándalo ha seguido con el “sexting”.

Para empeorar las cosas, su jefe de campaña renunció y una de sus colaboradores fue grabada en una conversación telefónica amenazando a una de las mujeres que recibían los comprometedores mensajes sexuales del candidato. Aunque muchos piden su renuncia en la carrera municipal este ha prometido no rendirse y se asegura que su campaña está totalmente financiada por 4 millones de dólares.

Por otro lado Spitzer aparece en entrevistas de audiencia masiva, pero no se le ve recorriendo las calles. Su estrategia es más impersonal pero no por eso es menos efectiva. De su vida íntima se sabe que está divorciándose y se ha mantenido alejado de cualquier otro escándalo.

Spitzer aprovecha su imagen de gobernador y de cuando presionó a Wall Street por sus excesos financieros, algo que parece recuerdan bien los neoyorquinos. Después de todo, ver los logros de un gobernador es más fácil que apreciar los resultados de un congresista.

Con estrategias distintas, ambos tienen mucho en común. Empezando por la búsqueda de la redención política. Quien la logre, podrá continuar con nuevas metas y ambiciones. Visionar cargos más altos e importantes. El que falle en esta lucha probablemente se convierta en una mala broma de la prensa, una broma que se escuchara por mucho tiempo.

José Musse