José Musse
No puede hablarse de adquirir nuevas unidades, mas modernas ni mostrarse al mundo como bomberos preocupados cuando por otro lado al asomar el primer conflicto laboral se pintarrajean unidades, aunque sea con pintura lavable. Esto muestra muy poco respeto a la propiedad publica.
La prensa o algún sector de la prensa ha señalado a los bomberos madrileños como perseguidores del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, quien ha sido acorralado en sus actividades protocolares a tal punto que ha debido presentarse fuera de las horas convenidas para esquivar a los mordaces bomberos.
Este trabajo de bomberos convertidos en paparazzis, dedicados a estropear actividades publicas, fastidiando a otros colectivos de la comunidad, ayuda poco a dibujar a los bomberos como profesionales serios y los rebaja.
Nadie quiere un tipo de funcionario cuyo comportamiento no sea impecable. Los españoles en estas horas difíciles necesitan saber que sus impuestos, ese dinero que aportan y que tanta falta les hace a ellos mismos, se esta empleando por la mejor gente que la ciudad y el reino puede aportar.
Como escribí en el 2004, cuando los bomberos madrileños usaron la festividad de la Virgen de la Paloma para vocear "¡Pueblo auxilio! el bombero se quema vivo" es una manera desubicada de llevar adelante reivindicaciones laborales, ofensivo para muchos católicos. En general, es de mal gusto ver bomberos melodramáticos jugando un papel de débiles y desamparados. El ciudadano de a pie quiere ver bomberos fuertes, no enclenques. Desea el residente sentirse protegido, no alarmado.
Que sea la Virgen de la Paloma patrona de los bomberos madrileños solo empeora las cosas.
La escena que se dio en agosto del 2010 cuando los bomberos madrileños protagonizaron otra "situación" negándose a vestir uniforme de bomberos en la festividad de su patrona como "protesta", tan solo fue politizar una festividad religiosa. Si los bomberos madrileños buscan símbolos o publicidad esta no les ayuda.
Muchos españoles están orando por no perder sus trabajos y muchos otros para conseguir uno. Bajo esas circunstancias el mencionar o ser arrastrado a debatir sobre trabajar menos horas es un desacierto total.
Pero esta batallita de titulares no solo la pierden los bomberos sino los políticos por irresponsables y manipuladores.
Decir que los bomberos trabajan uno o dos días a la semana es tendencioso. En la mayoría de países los bomberos cumplen jornadas semanales de 40 o más horas, muchas veces seguidas en dos turnos seguidos de 24 horas, lo que hace que ese bombero haya trabajado mas que el habitual funcionario publico. Declarar como hizo Esperanza Aguirre sobre la jornada de los bomberos madrileños no solo ofende a los bomberos de la capital española sino a todos los bomberos del planeta. Como ella insinua un bombero parece trabajar muy poco, cuando lo que se trata es de ver cuantas horas son el equivalente a otros empelados públicos del mismo Ayuntamiento.
Quienes lean mi columna de opinión con alguna habitualidad sabrán que soy contrario a citar otras realidades en forma caprichosa. Como por ejemplo el matrimonio Aguirre-Gallardón nos plantea "tan solo querer que los bomberos madrileños trabajen como los londinenses". He criticado muchas veces a los bomberos peruanos que quieren tener los vehículos de emergencia con los que trabajan los bomberos de New York o Tokio pero que callan cuando se tratan de tener ese mismo grado de profesionalismo en el personal de emergencia. Sueñan con el vehiculo, pero no con el bombero que esta físicamente preparado para tareas muy superiores. Eso es separar la cereza, la crema y querer seguir llamándola torta.
Por qué no citamos por ejemplo en el caso español a los bomberos neoyorquinos, acaso la ciudad que tiene los bomberos mas admirados del mundo. Tanto que las tiendas para turistas en Manhattan venden gorros, camisetas y hasta ropa interior con el emblema de los bomberos estadounidenses.
Los bomberos neoyorquinos como muchos funcionarios de la ciudad se pueden jubilar luego de 20 años de servicio. Esto quiere decir que un bombero puede estar jubilado del servicio a los 40 años de edad y no como ha estado ocurriendo en la realidad española que bomberos han estado trabajando a los 65 años de edad, clamando con justicia por una edad mas razonable. Ni hablar del tema de las enfermedades ocupacionales que no son temas de discusión en otras naciones porque tienen elevados estándares de salud ocupacional.
Comparar otras realidades y solo citar lo que conviene es manipulador. Tratándose de políticos doblemente turbador e irresponsable, pues un político que no entienda que esta para servir no sirve. Muy triste que los políticos con argumentos demagógicos pongan a los ciudadanos contra los bomberos manipulando datos.
Ruiz-Gallardón es un político exitoso, debe serlo cuando se ha estado tanto tiempo en la carrera política ocupando cargos importantes como él. Negociar debe ser uno de sus talentos naturales. No poder acordar con los bomberos solo demuestra un nivel de incompetencia y falta de voluntad que alarma. No llegar a un acuerdo y estar escondiéndose de los bomberos en actividades publicas para no darles la cara es peor para su imagen y credibilidad que para los bomberos.
Pero de eso parece tratarse esta lucha entre los bomberos madrileños y sus mediocres políticos citadinos. Ambos parecen competir por la peor estrategia y peor animo para acordar puntos elementales.
Sorprende ver estas escenas en un país como España, donde uno puede terminar discutiendo de opera con un albañil, algo casi imposible en otras latitudes. Después de todo en América Latina hay un solo Vargas Llosa y millones de Evo Morales.
Y, que se sepa en Latinoamérica, ni bomberos ni políticos han llegado a estas ridiculeces.
(*): Site del autor: www.josemusse.com
E-mail: jmusse@desastres.org