Si no sabes dónde está tu equipo, no tienes el control: el fuego lo tiene. La seguridad operativa es la base de toda respuesta eficaz en el escenario de un incendio. Los bomberos trabajan rutinariamente en condiciones peligrosas y su supervivencia a menudo depende de un compromiso inquebrantable con las prácticas de seguridad establecidas. Estas directrices no son meros procedimientos; son medidas que salvan vidas.
La capacitación ya no es solo un término genérico. No se trata simplemente de aprender a manejar una manguera o escalar con una escalera. Hoy en día, una formación efectiva implica comprender los principales riesgos dentro de tu distrito y desarrollar con tu equipo las respuestas tácticas adecuadas. Es necesario visitar estos lugares, familiarizarse con los posibles escenarios y practicar los planes de respuesta. Estar preparado significa reducir sorpresas relacionadas con los tipos de construcción, cerramientos de edificios y materiales que puedas encontrar.
La Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés) aborda esta necesidad crítica mediante la norma NFPA 1500: Norma sobre el Programa de Seguridad, Salud y Bienestar Ocupacional del Cuerpo de Bomberos. Esta norma exige un enfoque integral que incluya planificación de gestión de riesgos, uso adecuado del equipo de protección personal (EPP), capacitación periódica, evaluaciones de aptitud para el servicio y esfuerzos estructurados de rehabilitación durante las operaciones de emergencia. En particular, la Sección 4.1 establece que todo cuerpo de bomberos debe implementar un programa de seguridad y salud destinado a identificar peligros y garantizar un entorno de trabajo seguro para todo el personal.
La Administración de Incendios de los Estados Unidos (USFA, por sus siglas en inglés) refuerza estos objetivos mediante el análisis de datos y operaciones. Sus hallazgos demuestran constantemente que los errores evitables como desviarse de los procedimientos operativos estándar o descuidar principios fundamentales de seguridad siguen siendo una de las principales causas de lesiones y muertes entre bomberos. Su solución recomendada se basa en un liderazgo sólido, cohesión del equipo y una mayor conciencia situacional.
Para garantizar la seguridad desde el nivel de mando, se aplica universalmente el Sistema de Comando de Incidentes (ICS, por sus siglas en inglés) en las escenas de emergencia. Requerido por la norma NFPA 1561 y fundamental dentro del Sistema Nacional de Gestión de Incidentes (NIMS) de FEMA, el ICS ayuda a gestionar los incidentes a través de roles de liderazgo definidos, comunicación estructurada y despliegue sistemático de recursos. Dentro de este marco, la responsabilidad es esencial. Herramientas como los Informes de Responsabilidad del Personal (PAR, por sus siglas en inglés), junto con los sistemas de etiquetas y pasaportes, ayudan a garantizar que todas las personas en la escena estén localizadas en todo momento. Esta supervisión suele estar a cargo de Oficiales de Seguridad capacitados conforme a la norma NFPA 1521.
Un PAR es una confirmación verbal de un líder de equipo o supervisor indicando que todos los bomberos bajo su mando están seguros y localizados. Estas verificaciones se realizan en momentos críticos como después de colapsos o flashovers, tras llamadas de emergencia (mayday), o cuando hay un cambio en la estrategia operativa, por ejemplo, al pasar de un modo ofensivo a uno defensivo. En esencia, actúan como listas de control en momentos donde la claridad y la rapidez son esenciales.
Junto con los PAR funcionan los sistemas de etiquetas y pasaportes, que proporcionan seguimiento físico del personal. En el sistema de etiquetas, cada bombero lleva una placa de identificación, a menudo metálica o de plástico resistente, con información identificativa. Al ingresar a una zona peligrosa, la etiqueta se entrega a un oficial de responsabilidad o se coloca en un tablero de estado. Esta etiqueta se devuelve cuando el bombero sale, creando un método simple pero eficaz para saber quién está dentro y dónde.
El sistema de pasaportes amplía este concepto a equipos completos. Cada vehículo de emergencia lleva un tablero o tarjeta con etiquetas de velcro con el nombre de cada miembro de la tripulación. Cuando una unidad es asignada a una zona operativa específica, el pasaporte se entrega al supervisor de esa división. A medida que los equipos se mueven entre zonas o rotan para descanso y rehabilitación, su estatus se actualiza en el tablero. Esto permite al personal de mando tener una visión clara de quién está trabajando y en qué lugar en todo momento.
Estos sistemas previenen el trabajo independiente (freelancing) al asegurar que solo el personal asignado y contabilizado opere dentro de las zonas de peligro. En caso de una emergencia mayday, permiten identificar rápidamente a los miembros desaparecidos y su última ubicación conocida, reduciendo drásticamente el tiempo necesario para el rescate. También hacen que los PAR sean más eficientes y confiables al respaldarlos con registros tangibles, no solo conteos mentales.
Los cuerpos de bomberos que integran estos métodos de control en sus operaciones diarias, no como una carga burocrática sino como herramientas estratégicas, están mejor preparados para proteger a sus miembros durante incidentes críticos. Los sistemas de responsabilidad no son trabas administrativas. Son estructuras probadas para salvar vidas.
José Musse, Director del Centro de Entrenamiento de Bomberos Profesionales (Fire Training Center of Peru)
New York City
DESASTRES.org
*El Centro de Entrenamiento de Bomberos Profesionales (Fire Training Center of Peru) es una organización independiente de gestión privada, sin afiliación al gobierno peruano ni a ningún servicio oficial de bomberos.